La vegetación predominante en Islandia es la que corresponde al tipo ártico europeo. La mayor parte de su territorio está cubierta de hierba y brezo que sirven de pasto para el ganado ovino. También hay bosques poblados de sauces, piceas y abedules, y zonas en las que crecen distintas clases de matorral, líquenes y musgo.
En el año 1960 comenzó un programa de reforestación nacional que ha continuado hasta nuestros días. Sin embargo, en la actualidad tan sólo un dos por ciento del territorio nacional está poblado de árboles. Una de las causas de esta falta de vegetación es la devastación provocada por las continuas erupciones volcánicas que ha sufrido la isla. En ella se localizan más de doscientos volcanes, de los cuales 30 han entrado en erupción en nuestra era. Una de las erupciones volcánicas más graves se desarrolló en el año 1783, cuando la caldera del Laki expulsó gases, cenizas y lava líquida que acabaron con la vida de más de 9.000 personas. La fusión del hielo y la nieve produjo también una catástrofe natural que provocó la muerte de la mayor parte del ganado de isla y la destrucción de grandes zonas de cultivo.
En esta foto se puede ver perfectamente la vegetación musgosa que cubre la inmensa mayoría de la superficie islandesa.
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